Este relato esta compuesto por varios tuits. Por lo que para establecer un orden coherente está ordenado según encajen las piezas a mi criterio sin cambiar ninguna de las palabras de los autores. Las palabras en rojo son escritas por mi para dar ritmo al cuento. Los autores que participaron en la creación de este relato en la red social Twitter fueron: 

Una servidora (@pav_gloria) , 

@LlamanSati @Lady_Huevo @Lara_C_Perez @ALMAYPAPEL @BilbaoXandra @edumrgl

 @Lucy_Valiente_  @ramon_bassons @Parraberbegall @LauRRdriguez @Salynor_ @almudenamisist

@shapirowilks



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Ella le tendió una rosa......arrancada del jardín zen del templo budista...Él la miraba con una sonrisa encantadora. ¿Anidaba la maldad dentro de su corazón? Era el día de San Valentín, había que ser maquiavélico para hacer algo así precisamente en esa fecha. Mientras tanto, el corazón de Kasandra bailaba de felicidad.... Uno de los monjes observaba con atención la escena...preguntándose si realmente ella no sabía que aquellas flores estaban envenenadas...Pero por supuesto que lo sabía. Había decidido...preparar una infusión con las más hermosas de entre todas ellas.

La rosa ya cortada, cayó sobre el suelo de piedras, golpeándose, envejeciendo en un solo instante. Tras lo que Kasandra alzó la mirada, mirando a lo lejos, al hombre el cuál sonreía y alzaba la mano para marcar el comienzo de un ataque...Feroz, intentando sorprender a Kasandra, pero lo que el no sabía es que se enfrentaba a la más y mejor experta espadachína del Reino.

Combatieron durante toda una hora, hasta que ella le preguntó por qué lo hacían. Por qué ese día. Y la respuesta de él la hizo pedir perdón y besarlo en los labios. Entonces, ella aprovechó la distracción para hundirle su espada en el vientre.

—¡Me matas, bella Kasandra! —escupió sus últimas palabras—. Pero esto... esto no quedará así.

El cielo cambió su tonalidad coincidiendo con su último aliento...

Te mato y al mismo tiempo te arrebato tu pasión y la transformo en poder y esperanza —contestó ella.

El cielo parecía apunto de caer, el viento soplaba con fuerza y le hacía tambalearse. Kassandra vio con sus propios ojos como el hombre al que había amado, al que le había arrebatado la vida, se deshacía ante sus ojos. Sintió.....un vacío. Algo había desaparecido de su corazón, dejándola hueca por dentro. Miró a la flor, sin pensarlo más, la cogió y la meció entre sus manos. Poco a poco sus brazos se convertían en cenizas, el resto de su cuerpo lo acompañó. Kassandra cerró los ojos y se dejó llevar.


¡Nos vemos!