Este relato esta compuesto por varios tuits. Por lo que para establecer un orden coherente está ordenado según encajen las piezas a mi criterio sin cambiar ninguna de las palabras de los autores. Los autores que participaron en la creación de este relato en la red social Twitter fueron: 

Una servidora (@pav_gloria) , 

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Peter llegó a la granja con su coche. 
Llevaba tiempo dándole vueltas a una terrible idea, una de esas ocurrencias que hacen ponerse al sol, y no auguran nada bueno al final de ningún túnel, y viajar a aquel lugar no podía empeorar nada.
Algo extraño estaba pasando.
Esperando que alguien saliera a recibirle, a explicarle que hacía en aquel extraño y solitario lugar, pero ningún habitante de la casa dio señales de vida.
Unos golpes en el granero le alertan.
La vieja cuerda que allí había se le insinuaba y susurraba cánticos de muerte inminente... Pero ese ruido... ¿Qué habría fuera? Se dirigió a la puerta, tomó un último respiro y abrió.
Los animales andaban sobre sus patas traseras y se comportaban como humanos.
Había allí un cerdo que sostenía un machete con los colmillos, y Peter retrocedió, mirando alrededor. Se dio cuenta con nerviosismo de que hacía un minuto estaba fuera del edificio, y ahora dentro. ¿Qué había pasado? ¿Qué había allí?
Todo esto le da escalofríos, empieza su corazón a latir rápido y sentir un peso en el estómago desagradable. Tiene que actuar y no dejarse llevar por los nervios ni por el miedo.
"Calentito", había dicho la vieja. El recuerdo cruzó su mente como un rayo. Había parado en aquel bar tan bonito, una casita rural al borde de la carretera. "Tómatelo calentito" había dicho la vieja. La misma que acababa de ver. Y ahora el cerdo. Joder, le habían drogado.
Al principio pensó que podía ser un animalillo escondido, pero cuando se dio la vuelta, aquellos ojos grises vieron a una mujer desgastada por el tiempo, canosa y con un vestido negro. Llevaba encima un bastón dorado sujetado por esas manos agrietadas a la par que pálidas.
Cuando vio a aquella mujer, su cuerpo fue apresado por un escalofrío. Los ojos de aquella anciana no le fueron ajenos. Esa mujer fue importante para él en algún momento de su vida, pero no conseguía recordar más.
Cerró lo ojos y respiró profundamente. Trataba de resetear su cerebro. Tenía la esperanza de que si esperaba lo suficiente, si se tranquilizaba, podría discernir entre lo real y lo ilusorio.
De repente Peter se encontró con la persona que más amaba, pero solo fue una ilusión... Solo vio esa imagen en su mente.
No en vano Peter comenzaba a asimilar que ya no quedaba nadie con vida en el condado excepto él.